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La gente apuesta por fiestas llenas de opulencia y excesos. / fotolia
Lesley Gore reivindicaba poder llorar en su fiesta por una razón muy sencilla: que era suya. Las fiestas actuales han tomado prestada su fórmula, pero han cambiado las lágrimas por la opulencia y el exceso. Las constantes cancelaciones a causa de la pandemia han dejado a la sociedad tan sedienta de fiestas por todo lo alto que ahora celebra hasta lo incelebrable. Desde cumpleaños que harían a cualquier boda parecer una reunión informal hasta fiestas del divorcio, el mundo se ha empeñado en lanzar confeti sin parar.
Otro motivo lo encontramos en las redes sociales, que se han encargado de convertir momentos que antes se vivían en la intimidad en espectáculos destinados al consumo digital. Nos hemos acostumbrado a dar a los eventos especiales de nuestra vida una narrativa pensada para la dimensión virtual. El hambre consumista también empuja a la sociedad a celebrar por todo lo alto hasta hacer de las fiestas una batalla por lograr el mayor número de likes. La búsqueda por conseguir el momento más instagrameable se ha convertido en una obsesión que empuja a quienes celebran a no limitarse solo a contar con comida de primera calidad.
Fotograma de la serie El día después (Apple TV+), creada por Christopher Miller. / d.r.
«Las marcas están destinando más dinero a activaciones experienciales. La inversión más importante es en cátering y bebida de calidad, seguida del set up y del talento. Sin embargo ahora, si no incluyes una performance, parece que no haces nada relevante», apunta el PR Alex Agulló. Ni siquiera las tartas son ya exclusivas de los cumpleaños y presumen de una estética digna de Maria Antonieta. «Notamos más ganas de celebrar y, por ende, nos piden productos más especiales o incluyen complementos como decoración, velas o cake toppers. La gente está invirtiendo en tartas más especiales», asegura Paula Babiano, creadora de la tienda online de tartas artesanales Balbisiana.
Los excesos han dejado de ser excepciones para convertirse en la norma. «Hace poco, en una cena celebrada en Doha organizada por Naomi Campbell y en la que gestionábamos 180 comensales, el chef que trajimos de Londres hizo una compra de 22.000€ en caviar», comenta Cayetano Lopez Llobet, CEO de Mondolirondo.
«La gente acabó cansada de restricciones y de no poder llevar una vida como la de antes. Cuando se le prohíbe al ser humano hacer algo, en el momento que le vuelves a dar libertad, regresa con el doble de ilusión y ganas. Tampoco podemos olvidar que hay quienes han ahorrado mucho en estos meses tan horribles... Y también está el empresario privado que tiene ganas de celebrar». El informe de futuras tendencias de Pinterest confirma que las fiestas van a ser cada vez más llamativas y constantes.
«El cambio de rumbo pide fiesta. Millennials, generación X y boomers lo saben. En 2022, acontecimientos que van desde la adopción hasta el nido vacío adquieren protagonismo. ¿Ruptura difícil? Se festeja. La celebración marca nuevos comienzos con fiestas dignas de quedar en la memoria», explican. «Todos tenemos ganas de salir, y aquí hemos visto un ambiente que ni en los mejores momentos... Hay quienes piden las mejores botellas de vino sin mirar la cuenta», comenta Inés Miró-Sans, cofundadora de Casa Bonay.
Minivestido metalizado de Alexandre Vaulthier, bolso de Black & Brown y salón de Jimmy Choo. / d.r.
Este fenómeno responde también al hartazgo de las celebraciones sin alma, a las que hace alusión Priya Parker en El arte de reunirse (Tendencias), un libro en el que la autora asegura que las reuniones que organizamos son aburridas e improductivas porque confiamos demasiado en la rutina y en las convenciones establecidas, cuando deberíamos centrarnos en su carácter distintivo y en las personas implicadas. Por eso ahora no se limitan a ofrecer bandejas de caviar, sino que sorprenden con las deliciosas hamburguesas gourmet de Vicio, del chef Aleix Puig, destinadas a cambiar las normas y aplicar una inyección de innovación en las celebraciones.
«Hemos servido hamburguesas y alitas en bandejas de plata por guapísimos camareros con guantes y chaquetas blancas. He encargado 30 cajas de champagne para una fiesta de 100 personas. Incluso una clienta, en Halloween, me encargó 10 kilos de caviar para una reunión de 70 amigos», comenta Agulló. Por su parte Almudena Alberca, enóloga de Entrecanales Domecq e Hijos, explica el porqué de esta oda al disfrute gourmet «Nos hemos vuelto más conscientes sobre cada momento que vivimos. La gente fomenta experiencias aún más hedonistas, especialmente comer y beber», concluye.
Como elemento fuego, con una voluntad de poder y muy nobles, los Leo necesitan sentirse el centro de admiración de los demás. Poseen una gran capacidad de organización y son muy responsables, pero si necesitan extremar sus sentimientos pueden llegar a dramatizar en extremo algunas situaciones. Ver más
¿Qué me deparan los astros?